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Llueve. Si tu sueño descansara en mi almohada esta lluvia tendría otro significado.
Pero simplemente llueve. Porque tu sexo no duerme dentro mio.
Porque tus manos acarician otra piel tan ajena a la mía que me es imposible imaginar esas caricias.
Porque tus piernas se enredan en otras piernas, tal vez mansas, tal vez furtivas, pero dueñas en tu danza.
Llueve. En el reflejo del vidrio las gotas se confunden con las lágrimas que recorren mi rostro.
Lágrimas que brotan porque saben que llueve, porque saben que estas lejos, porque alguien más acuna tu sueño, porque se que no eres mi.
Tristemente llueve...
Benditos sean los malditos recuerdos que aún la mantienen cuerda y digo cuerda por ser benevolente...en ese estado entre la alegría y la tristeza, la depresión, la soledad y la seguridad de una eterna compañía...
Porque hoy se arrepiente de casi todo y de casi nada, de casi todo lo que la llevó a esta monotonía, a esta duda eterna....De casi nada porque cada paso dado bien o mal le permitió trascender...
Benditos sean los malditos recuerdos, las historias no terminadas, los finales abiertos, los amores no resueltos, los miedos prudenciales, las letras desgastadas...
Solo necesito silencio y tiempo...
Y en esta burbuja aislada del mundo busco la respuesta a una pregunta que repito tantas veces que al final pierde sentido y vuelvo a empezar.
Una pregunta que se desdobla y duplica mi inquietud...porque no debe ser una preocupación normal, común, ordinaria.
Debe ser una preocupación que quite el sueño, el apetito, las ganas, dejarme desamparada en un océano de dudas y dolorosas certezas.
Y mientras lo evidente se hace más cruelmente cierto, mis dudas se desvanecen y y la fuerza disminuye... bajo los brazos y me dejo caer...pero cuando estoy casi a punto de tocar el fondo mi orgullo? valentía? deseo? recuerdo... recuerdos? me obligan a volver a la pregunta renaciendo de un cúmulo de polvo y nostalgia intentando responderla...y aunque tengo las respuestas no encuentro manera de ordenar mis pensamientos, de ordenar mis pasos.
Será la cobardía que me exige seguridad en mis actos...
Será que arrastro en mi decisión a otros y no quiero esa culpa...
Será que es de noche, es cuarto creciente y esta burbuja me ahoga con su silencio y su simbólico tiempo...