Despedidas.



Lo miro en silencio, como queriendo aprender a verlo nuevamente. Me sorprende el tiempo, a calado grandes sendas en su rostro y aún más en su corazón. Lo noto cansado, derrotado, harto de luchar contra sí mismo, tal vez arrepentido de tantas cosas. Ya no tiene retorno y lo sabe, leo en su mirada la nostalgia, quizás el anhelo de lo que no fue. Sé que su sonrisa esconde tanto dolor como la mía, jugamos tantas veces a hacernos los duros y hoy que hay que serlo realmente estamos demasiado juntos como para levantar armas.

Estuve siempre tan cerca, tan pendiente y sin embargo me perdí de tanto ¿cuándo surcaron tantas arrugas tu rostro? ¿cuándo dejamos que el silencio se adueñara de nuestros encuentros? ¿en qué momento te perdí de vista?.

Mi guerrero, mi salvador, mi pedazo de vida, mi referente, mi pan, mi sol, hoy te encuentro nuevamente, hoy te dejo, tu mirada se empaña al igual que la mía y el corazón se me sale del pecho...quiero decirte tantas cosas pero la debilidad nunca tuvo lugar entre nosotros...entonces me alejo, te dejo con tu tristeza llevándome la mía. Sé lo que sentís ahora, sabés lo que siento ahora, pero no vamos a decirlo nunca.